⭐⭐⭐⭐
EL REY DE WALL STREET
Mantengo separados mis dos mundos.
En el trabajo, soy el rey de Wall Street. Los millonarios de Manhattan acuden a mí para ganar todavía más dinero. Hacen lo que yo les digo, porque siempre tengo razón. Soy astuto, exigente, y algunos dicen que despiadado.
En casa, soy un padre soltero que trata de conseguir que su hija de catorce años siga siendo una niña el mayor tiempo posible. Pero ella no quiere hacer nada de lo que le digo, y nada de lo que le sugiero le parece bien.
Pero cuando Harper Jayne entró a trabajar en mi empresa, las barreras entre mis dos mundos empezaron a desdibujarse por su culpa; es la mujer más irritante con la que he trabajado nunca.
No me gusta la forma en que se inclina sobre la fotocopiadora, hace que me vuelva loco. Odio la forma en que se muestra ansiosa por hacer un buen trabajo, porque eso me excita. Y no soporto la forma en que se recoge el pelo, dejando a la vista su largo cuello, porque me dan ganas de desnudarla, ponerla sobre mi escritorio y deslizar la lengua por todo su cuerpo.
Si mis dos mundos van a colisionar uno contra otro, Harper Jayne tendrá que aprender que soy el jefe tanto en la oficina como en el dormitorio…
EL PRINCIPE DE PARK AVENUE
Pero no me malinterpretes: no soy un monje.
Comprendo la atención y la concentración que hay que tener para seducir a una mujer guapa. Son las mismas habilidades que utilizo para cerrar grandes negocios.
Pero todo eso empieza y acaba en una sola noche. No soy el tipo de tío que manda flores. No soy de los que llama al día siguiente.
O eso pensaba hasta que una guapísima heredera, además de impaciente y mordaz, irrumpió en mi vida.
Cuando Grace Astor pone los ojos en blanco por algo que he dicho, lo que quiero es abrazarla bien fuerte y mostrarle lo que se ha estado perdiendo hasta ahora.
Cuando hace una broma a mi costa, solo quiero cerrarle esa boca descarada con mi lengua.
Y cuando se marcha con un simple adiós justo después de que hayamos follado, lo único que quiero es restregarle en su cara los tres orgasmos que acaba de disfrutar.
Ella será una princesa, pero yo le voy a dejar claro quién manda en este dormitorio de Park Avenue.
EL DUQUE DE MANHATTAN
Soy miembro de la aristocracia británica, pero he hecho mi fortuna en Manhattan. Nueva York es ahora mi reino. En Inglaterra, mi familia se pelea por quién será el próximo duque de Fairfax. La tradición dicta que sería yo… si estuviera casado. Pero el título no compensa el pasar por el altar. No soy un hombre de una sola mujer.
O eso pensaba hasta que mi mundo se puso patas arriba. Ahora, la única manera de salvar el imperio que he levantado es heredar el título que nunca quise…, así que tengo que encontrar una esposa.
Para olvidarme de todo, solo necesito una noche de placer con una extraña.
La melena de Scarlett King sobre mi cuerpo mientras se inclina sobre mí… El roce de sus uñas en mi pecho mientras grita mi nombre… Sus dientes en mi hombro cuando ambos llegamos al límite del placer…
Todo eso me ayuda a olvidar.
Pero no estaba preparado para encontrarme al día siguiente con mi rollo de una noche sentada a la mesa de la sala de juntas.
Puede que sea mi última conquista, pero tengo la sensación de que Scarlett King podría conquistarme a mí.
EL CABALLERO INGLÉS
Cuando me ofrecen la oportunidad de dejar Nueva York para vivir en Londres durante tres meses, no puedo hacer la maleta lo suficientemente rápido.
Tan pronto como aterrizo, me obsesiono con las cabinas telefónicas rojas, los palacios y todos los taxis negros.
Pero mi lugar favorito es el metro.
Son hombres británicos calientes de pared a pared con traje.
Cuando me ofrecen un trabajo temporal para un abogado, digo, inscríbeme.
En mi primer viaje al trabajo, es un accidente total cuando pierdo el equilibrio y caigo contra el británico más guapo del mundo. Es tan encantador como James Bond y tan afable como el señor Darcy. Quiero lamer el té de sus duros abdominales y escuchar su acento toda la noche.
Resulta que el señor Guapo es mi nuevo jefe. Y su actitud no es tan sexy como su hermoso rostro, sus anchos hombros y su apretado trasero. Es melancólico, de mal genio y el hombre más arrogante que he conocido.
Mientras peleamos, de la nada me besa. Y estoy bastante segura de que veo fuegos artificiales sobre el Big Ben y escucho God Save the Queen.
No estaba buscando el cuento de hadas, pero podría haber encontrado a mi caballero de brillante armadura.
El problema es que vive a un océano de distancia.
EL ARISTÓCRATA DE LONDRES
Cuando me brindaron la oportunidad de dejar Nueva York para vivir en Londres tres meses, no me lo pensé dos veces. Nada más aterrizar me enamoré de las cabinas de teléfono rojas, los palacios y los taxis negros. Pero mi sitio favorito es el metro. Está a reventar de tíos buenos con traje. Por eso no dudé en aceptar cuando me ofrecieron trabajar para un abogado. En el trayecto hacia mi primer día de trabajo perdí el equilibrio y me caí encima del inglés vivo más guapo del mundo. Fue tan encantador como James Bond y tan seductor como el señor Darcy. En ese momento solo quería comer a besos sus duros abdominales y escuchar su acento toda la noche. Pero resultó que el Señor Guaperas era mi nuevo jefe. Y su actitud no era tan maravillosa como su agraciado rostro, sus anchos hombros y su perfecto culo. Estaba amargado, tenía mal genio y era el hombre más arrogante que he conocido en la vida. Pero en medio de una discusión me plantó un beso sin venir a cuento. Y estoy bastante segura de haber visto en ese momento fuegos artificiales sobre el Big Ben y haber escuchado el Dios salve a la reina.
No estaba buscando al príncipe azul, pero quizá haya encontrado a mi caballero de brillante armadura. El problema es que vivimos con un océano de por medio…
Hola, me encantaron!! subiras más de la autora??
ResponderBorrarEn mi biblioteca arriba 👆 tengo varios
Borrar