⭐⭐⭐⭐
IDOL
LIBBY
Encontré a Killian borracho y tirado en mi jardín como un príncipe perdido. Con la cara de un dios y la arrogancia a juego, el parásito no se va. Sexy, encantador y solo un poco sucio, poco a poco me está convenciendo, haciéndome querer más.
Podría ser mío si me atreviera a reclamarlo.
El problema es que el mundo cree que es suyo.
¿Cómo te quedas con un ídolo cuando todo mundo está decidido a llevárselo?
KILLIAN
Como vocalista principal de la mayor banda de rock del mundo, vivía en un mundo de ensueño.
Todo se vino abajo con una fatídica decisión. Ahora todo está destruido.
Hasta Liberty. Es gruñona, recluida, y algo linda. Tacha eso. Cuando le pongo las manos encima es tan sexy que me duele, y más adictiva que todas las fans que han gritado mi nombre.
El mundo pide a gritos que vuelva al escenario, pero no estoy dispuesto a dejarla. Tengo que encontrar la manera de sacar a la hermitaña de su cueva y mantenerla a mi lado. Porque, con Libby, todo ha cambiado. Todo.
MANAGED
Comenzó como una batalla de ingenio. Yo: la chica ordinaria con una gran boca contra Él: el bastardo sexy con un gran ... ego.
Pensé que ganaría el premio gordo cuando me pasaron a primera clase en mi vuelo a Londres.
Eso es hasta que ÉL se sentó a mi lado.
Gabriel Scott: guapo como el pecado, frío como el hielo. Nada ni nadie le llega. Siempre. Es una leyenda por derecho propio, el mánager de la banda de rock más grande del mundo y un imbécil arrogante que me mira con desprecio.
Pensé que le daría un infierno por un vuelo largo. No esperaba agradarme.
No esperaba quererlo. ¿Pero la mayor sorpresa? Él también me quiere. Solo de una manera que no vi venir.
Si acepto su propuesta, me expongo a enamorarme del único hombre que no puedo manejar. Pero estoy tentada a decir que sí. Porque el hombre real debajo de esos trajes perfectos y esa fachada genial podría ser lo mejor que me haya pasado.
Y podría ser el único que pueda derretir el hielo alrededor de su corazón.
Que comience la batalla ...
FALL
La vez que conocí a Jax Blackwood las cosas se torcieron un poco.
En mi defensa, no sabía que era Jax Blackwood; ¿quién espera que una legendaria estrella del rock vaya a comprar alimentos? Y lo que es más importante, se avecinaba una ventisca y estaba a punto de llevarse el último cartón de galletas de
menta y chocolate.
Aun así, podría haberme alejado, pero entonces él me retó con suficiencia a intentar tomar el codiciado helado. Así que lo besé. Y le quité el helado de menta
de las manos.
De acuerdo, fue una jugada sucia, pero tiempos desesperados y todo eso. Además, nunca esperé que fuera mi nuevo vecino.
Un vecino molesto que se complace en recordarme que le debo un helado pero que aceptaría con gusto más besos como pago. Un vecino irresistible que me
mantiene despierta mientras toca la guitarra desnudo -espectacularmente desnudo- en su salón.
Está claro que la clave es evitarlo. Pero no hay nada en Jax que sea fácil de ignorar: ni la forma en que me hace reír, ni que su particular tipo de oscuridad
coincida con la mía, ni que una mirada suya me derrita más rápido que la mantequilla bajo un sol abrasador.
Ninguno de los dos cree en el amor ni en la eternidad. Sin embargo, nos estamos convirtiendo rápidamente en la adicción del otro. Pero podríamos ser más.
Podríamos serlo todo.
Todo lo que tenemos que hacer es confiar lo suficiente para caer.
EXPOSED
Hay algunas personas en la vida que saben exactamente cómo presionar tus botones. Para mí, esa persona es Rye Peterson. No podemos pasar más de
diez minutos juntos antes de ponernos a discutir, lo que hace que trabajar juntos sea mucho más difícil. Rye es el bajista de Kill John, la mayor banda de rock del mundo, y yo soy su publicista. No ayuda el hecho de que el hombre sea guapo, divertido, con talento y... que nunca se tome nada en serio. Evitarlo es la clave.
Pero todo cambia cuando escucha algo que no debería: una confesión hecha en un momento de debilidad. Ahora el hombre que tanto he intentado
ignorar me ofrece la mayor tentación de todas: él.
RYE
Brenna James es la elegida. La que no puedo tener. La que no puedo quitarme de la cabeza. Créeme, lo he intentado; la mujer me odia. Me las arreglé bastante bien, hasta que la oí decir que estaba tan sola como yo. Que necesitaba ser tocada, abrazada, satisfecha. Y ya no pude negar la verdad: quería ser yo quien le diera lo que ansiaba.
La convencí de que sólo sería sexo, satisfacción mutua sin nada más profundo. Pero en el momento en que la tengo, ella se convierte en mi mundo. Nunca le he dado una buena razón para confiar en mí. Ahora, tengo
que mostrarle a Brenna que somos mucho mejor juntos que separados.
Las cosas se van a complicar. Pero lo mejor que hago es complicarme con Brenna.
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