⭐⭐⭐⭐
EL ITALIANO
Dicen que hay tres cosas que debes hacer al menos una vez en tu vida:
bailar como si nadie te estuviera mirando.
Viajar por el mundo.
Y enamorarte perdidamente.
Apunté a hacer las tres.
Fui a Italia para encontrarme.
Pero me encontró.
Era como un libro de cuentos, nuestras miradas se encontraron a través de una habitación llena de gente.
Me preguntó si necesitaba ayuda para leer el menú.
Comimos, reímos, bailamos y me caí.
Desafortunadamente, las cosas no salieron según lo planeado y nos separamos.
Dos años más tarde, nuestros ojos se encuentran de nuevo en una habitación.
Solo que esta vez estaba en una cita con otro hombre.
Se volvió loco en un ataque de celos.
Pero el hombre que conocí entonces es diferente ahora.
Es más frío, más duro y oficialmente uno de los hombres más poderosos de Italia.
Me atrevo a decirlo, aún más atractivo.
Pero si bailas con el diablo, te quemas.
Y los incendios en Italia son muy calientes.
FERRARA
Había tres cosas que quería en la vida.
Bailar como si nadie estuviera mirando.
Viajar por el mundo.
Y enamorarme perdidamente.
El desamor nunca estuvo en mi lista…. pero de alguna manera, lo conseguí de todos modos.
Nos conocimos en la casa de mi hermano mayor y al instante supe que él era un problema.
Me besó, allí mismo en el baño sin importarle nada.
Y a partir de ese momento, yo era suya.
Éramos jóvenes, valientes e ingenuos cuando nos conocimos.
Escabullirse y enamorarse.
Giuliano Ferrara era la perfección.
Un hermoso y loco error.
Con sus grandes ojos marrones y su encanto juvenil.
Pero luego el mundo se derrumbó y las cosas no salieron según lo planeado.
Nunca lo olvidé del todo, no importa cuánto lo intenté.
Años después, nos volvimos a ver.
Y por la mirada en sus ojos, lo supe al instante.
El dulce chico romántico que una vez amé se fue hace mucho tiempo.
En su lugar, un hombre dominante y poderoso.
Quien consigue lo que quiere, cuando lo quiere.
Nunca podremos estar juntos.
Me rompe el corazón que se niegue a aceptarlo.
Soy el objeto de su afecto.
Y lo que Giuliano Ferrara quiere, lo toma.