Mostrando las entradas con la etiqueta LOS ACOSTA¿Y SI LO PROBAMOS...?. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta LOS ACOSTA¿Y SI LO PROBAMOS...?. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de febrero de 2023

LOS ACOSTA - MEGAN MAXWELL

 ⭐⭐⭐⭐





¿Y SI LO PROBAMOS?


¡Hola!
Me llamo Verónica Jiménez, tengo treinta y ocho años y soy una mujer independiente, trabajadora, autónoma y, según dicen quienes me conocen, bastante cabezota y controladora. 
Vale, lo confieso, lo soy. 
Pero ¿acaso hay alguien perfecto?
Yo era de las que creía en princesas y príncipes, hasta que el mío se convirtió en un sapo y decidí que el romanticismo no era para mí.
Así que para horror de quienes me rodean, me impuse tres reglas para disfrutar del sexo sin compromiso.
La primera: no enrollarme nunca con hombres casados. 
Soy de las que respetan y jamás hago nada que no me gustaría que me hicieran a mí.
La segunda: el trabajo y la diversión nunca han de mezclarse. 
No no. ¡Ni loca!
Y la tercera, pero no por ello menos importante: siempre con hombres menores de treinta años. ¿Por qué? Pues porque sé que ellos van a lo mismo que voy yo: ¡a disfrutar!
Te aseguro que hasta el momento estas normas me han dado muy buenos resultados. 
Sin embargo, en uno de mis viajes de trabajo he conocido a Naím Acosta, un hombre de unos cuarenta, seguro de sí mismo, atractivo, sexy y tremendamente romántico, que me está volviendo loca.
Es verlo y el corazón se me acelera. 
Es oír su voz y toda yo me acaloro. 
Es pensar en él y noto que en mi estómago corren elefantes en estampida. 
Sé que somos muy diferentes, pero los polos opuestos se atraen, y nosotros no paramos de chocar, y probar y… y… y…
Bueno, mejor me callo, dejo que leas y cuando termines ya me dirás si tú habrías probado… 
¿O no?







Y AHORA SUPERA MI BESO


Hola, me llamo Amara y estoy aquí no para hablaros de mí, sino de Liam Acosta, ese guapísimo empresario que se dedica al negocio del vino en Tenerife y que sigue soltero porque quiere, pues siempre tiene a una legión de mujeres pendientes de él.
Por lo que sé, un día recibió una misteriosa llamada telefónica en la que le pedían viajar a Los Ángeles por un asunto urgente, que resultó ser, ni más ni menos, que un bebé.
A Liam, al principio, le costó mucho admitir su paternidad, pero cuando vio a la criaturita, el mundo se movió bajo sus pies: al igual que él, tenía el ojo derecho de dos colores.
Así que, muy agobiado y tremendamente perdido, regresó a Canarias con su hijo, pero se dio cuenta de que necesitaba a alguien que le echara una mano y, por recomendación de mi amiga Verónica, me contrató a mí.
De pronto, Liam y yo, dos personas independientes y acostumbradas a no tener que dar explicaciones a nadie, hemos tenido que ponernos de acuerdo por el bien del
pequeño. Y eso ha hecho que, sin apenas darnos cuenta, hayamos reconocido el uno en el otro a la persona que nunca hubiéramos esperado encontrar.